Y aunque los extras en realidad guardan silencio al respecto como si se estuvieran atragantando con un miembro, no se puede ocultar la verdad, porque se sabe que entre los profesores pelirrojos de la universidad, el porcentaje de los que son follados por los estudiantes es monstruosamente alto. Por supuesto, esto no es solo una cuestión de Lillian Stone, quien, después de las conferencias, deja al rezagado Kent para tomar clases adicionales. Y sería bueno que enseñaran la tabla de multiplicar o las integrales de circuito cerrado, para que jodan con fuerza y principales en el aula. Aquí hay tal teoría de la gordas pprno improbabilidad.
