Hacer una compra y no alardear de ella no es un hábito de una bella dama tetona Eva Long, y por lo tanto, una mujer jugosa se apresura a su vecina para demostrarle una compra exitosa. Pero al tambor no le importa cuánto cuestan y cómo se sientan, lo principal para él es arrancar al invitado en una pose gorditas argentinas cogiendo de cáncer y el muchacho logra su objetivo, aunque no de inmediato. Bueno, aquí hay una historia que nos dice que todos los hombres solo necesitan una cosa de las mujeres, y eso es cierto.
