Ahora bien, si en todos los cuentos de hadas muy diversos las madrastras son tías muy malvadas y muy envidiosas, entonces esta jovencita rizada se convence naturalmente porque cuando se tira a un pariente de su madrastra Alia Hadid, no solo no lo regaña, sino que tiene prisa por tejer un triángulo amoroso, encarnando los ansiados sueños del joven Casanova sobre dormir el pecado en casa. ¡Qué suerte, gorditas sex qué suerte!.
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