Cuando Chanel Preston intenta anunciar un spa de masajes, se avergüenza de admitir al propietario que nunca ha oído hablar del masaje nuru. La única salida es probarlo en acción (masaje y hostia). El dueño de la institución, Seth, se toma muy en serio este proceso y, además del masaje, se folla a la señora tan genial que ni se imagina. Al final, todo cojiendo con gorditas acaba de la mejor manera posible: dinero en el bolsillo y mucho placer de un miembro que ha estado en todos los agujeros de una milf.
